La economía de Ecuador se ha exhibido como una economía solvente a nivel latinoamericano, en buena parte por la adopción del dólar como la moneda de curso legal en este país.
La población se ha sentido segura al asumir desde el año 2000 al dólar estadounidense, tienen la confianza de que los políticos deben disciplinarse y la certeza de que contar con una moneda fuerte constituye una protección, una verdadera camisa de fuerza, para frenar a un gobierno autoritario.
Eso sin duda resultó una molestia para el régimen que terminó en mayo del 2017, considerado un fuerte crítico de la dolarización, pero que a regañadientes tuvo que ajustarse a políticas económicas que no le permitieron un manejo del tipo cambiario y que mostró presupuestos deficitarios altos a partir del año 2013, lo que acarreó un endeudamiento fuerte con tasas de interés elevadas y a corto plazo.
Sin embargo el contar con el dólar norteamericano como moneda, le permitió a Ecuador crecer en su PIB en porcentajes superiores al 75% desde el año 2001.
El dólar mejoró significativamento los ingresos de la población ecuatoriana, que en el año 2000 representaban 57 dólares mensuales.
La canasta familiar según el Instituto Nacional de Estadísticas INEC, a diciembre de 2017, fue de 708.98 dólares y el salario mensual unificado para este año será de 532.71 dólares, uno de los más altos de la región.
La inflación durante el año 2017 fue de -0,20% y el crecimiento del PIB según las autoridades económicas fue de 1,5% luego de mostrar cifras negativas consecutivas desde el año 2015.
Las mejoras sociales y el incremento de la inversión pública ha sido una de las características de la última década, que han venido acompañadas de un crecimiento de la deuda por un valor superior a los 24.000 millones de dólares, cifra que coincide con el valor de los déficits presupuestarios y con la diferencia por la comercialización de combustibles que importa el país. Este fuerte nivel de inversión se sustentó en los altos precios del barril de petróleo que llegó a cotizarse hasta en 117 dólares.
La inflación en la década de los 80 y 90, se encontraba por sobre el 30% anual y en el año 2000 legó a superar el 95%. Con la dolarización, estas cifras han caído a valores de un solo dígito.
Uno de los problemas de la economía ecuatoriana es su falta de diversificación y su fuerte dependencia del petróleo, situación que a corto plazo no avisora cambios pues de la noche a la mañana es imposible hacerlo. Hace falta compromisos serios y una acción adecuada de muchos actores y factores económicos que incluye a empresarios, trabajadores, educadores, investigadores, tradición productiva e iniciativa personal.