La carga del modelo económico del llamado Socialismo del Siglo XXI la tiene la población a través del pago de impuestos. La recaudación tributaria en Ecuador, creció exponencialmente hasta ubicarse en el 275.32% en el período 2007-2017 pasando de 5.361 millones de dólares a 14.760 millones de dólares. Si bien el argumento ha sido que va dirigido a los sectores económicamente más fuertes, esto ha llevado al encarecimiento de todos los productos debido a que estos impuestos han sido trasladados al consumidor.
Los ecuatorianos pagan 30 impuestos, entre ellos el Impuesto a la Renta, el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto a los Consumos Especiales, Impuesto a la Salida de Divisas, Impuesto a las Tierras Rurales, Impuesto a las botellas plásticas, Impuesto a los vehículos entre otros.
Entre estos el Impuesto a la Salida de Divisas fue creado para evitar que el dinero salga del país, pero terminó siendo uno de los que más creció con tasas superiores al 100% de crecimiento anual desde su creación en 2008
Todo esto ha llevado a un desincentivo de la producción nacional, la reducción de la inversión internacional y el incremento del desempleo.
La política fiscal ha sido eminentemente restrictiva lo que redujo el consumo, que solo fue empujado desde el sector público con obras con enormes inversiones soportadas en préstamos internacionales que han generado un proceso de endeudamiento que según el Gobierno actual requieren de un monto de 10 mil millones de dólares anuales para ser cubiertas.